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viernes, 5 de noviembre de 2010

Cuba

Recuerdo una historia, una pareja de soñadores, viaja a la capital de la igualdad.
La realidad los golpea, pero no solo de frente, por todos lados, los asfixia. Son testigos de esa igualdad magnánima, de como los mas iguales viven en el lujo, mientras los menos iguales racionan sus alimentos para el mes. Ven como los mas libres tienen de patio al mundo, mientras los menos libres están confinados en cárceles doradas, disfrazadas de playas blancas con aguas esmeraldas.
Nuestra pareja regresa, era perfecto, todos eran iguales, exclama ella. Él la abraza con fuerza, embargado en pena, la verdad lo agobia, ella es ciega ha pesar de haber visto toda su vida, no es capaz de ver.
Él, en silencio.
Lagrimas cubren sus ojos cuando ella se aleja,
ya no llora cuando la ve irse a la isla de la igualdad,
solo cierra sus ojos mientras camina de regreso,
pierde otra lagrima cuando lo entiende,
no la volverá a ver.

P.S. basado en hechos reales.