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martes, 28 de septiembre de 2010

Familia

Los mismos de siempre, mismas risas, bromas, historias nuevas, regalos nuevos, algunos mas grandes otros mas viejos.
Pero entre todos, una nueva, una maraña de abrazos y sonrisas hecha persona, hace 40 años cuidó a mi mamá y ahora luego de cruzar el océano desde tierras santas, se aparece con abrazos para todos, abrazos perfectos, abrazos eternos.
Nos habla sobre su propia madre, sobre como ella ya no puede recordarla, como a momentos parece volver, y con ojos de sorpresa y apuro la vuelve mirar como solo una madre puede hacerlo, para luego volver a diluirse entre gemidos mudos. Gemidos y miradas lo único que queda de 97 años de amores, amigos, hijos, aventuras, dolor, viajes, música, de viento en la cara, de sol en la piel, de piedras en los zapatos, de polvo en los pulmones, de vida.
Silencio. Nos mira con orgullo a todos, como solo una madre puede, luego, se va igual que como llegó entre risas y abrazos, se marcha con rostro de triunfo
se marcha para siempre
se que no la volveré a ver, muchos mares allá estará, me pregunto si nos olvidarás.
ya la extraño

lunes, 27 de septiembre de 2010

Hogar

No importa que tan grande sea este departamento,
quiero correr y correr descalzo como en mi casa, por el pasillo, salir al patio por mi pieza, sentir la chépica bajo mis pies, seguir corriendo hasta los columpios, dar la vuelta al aromo con la Kala persiguiéndome fuera de quicio. Dejarme caer como tantas otras veces, cara al cielo perfectamente azul, mientras la Kala se entretiene langüeteandome los dedos, cierro los ojos y me entretengo viendo al sol a través de mis párpados naranjos, etéreos por la luz... así por minutos, horas

Ayudandote a olvidar

Quiero ser aire entre tus venas y asfixiar ese amor ahora ajeno de tu corazón,
Me volveré insidioso ruido para silenciar a muerte esas frases y palabras que aun recuerdas en tu agonía
Me transformaré en arena para enterrar tu cuerpo y deslizarme entre tus dedos para hacerte olvidar aunque sea solo, por un fútil segundo, sus caricias.
Me haré oscuridad pero no esa de noche citadina, esa oscuridad de campo, de montaña escarpada, de playa desolada, para que puedas dejar de verlo a los ojos,
Para que puedas dormir arrullada por incontables soles lejanos entibiando tu piel
Y una luna exultante acariciando tu rostro.
Prometo despertarte mañana