Te

     Me cansé de pensarte, así que te escribo, y se, que con cada palabra te voy matando, lentamente, te reduzco. Hermosa, precisa y oscura, te dejo solo en palabras, tu olor, no esta aquí aunque lo anote, tu piel, nadie puede sentirla desde acá, ni siquiera yo. Cada vez te escribo mas, y se que agonizas con cada verso, tu vida se va como en el retrato Oval de Poe, pero esto no es una pintura, ¡Se pierde tanto!, quizás solo con justicia podría guardar tus palabras, pero no las quiero ya.

    Queda poco de ti en mi, mientras termino de pasarte a papel, es como si te despidieras, como si esa última vez te hubieras girado sobre ti misma y me hubieras lanzado un beso, como la primera vez que fui a dejarte.

    Quizás por eso no quiero terminar, quizás ponga unos puntos suspensivos para quedarme con ese poco, y llevarte conmigo un tiempo mas.

Historias

              Acabo de terminar de leer una novela, y me pregunto cuantas me he leído ya, la verdad no tengo ni la mas mínima idea, pensaba hace unos días, en las diferencias entre las personas que hacen algo desde muy pequeños y los que empiezan después. Supongo que hay diferencias aunque nunca me ha gustado reconocerlas, pienso en esa cercanía automática entre quienes dedicaron gran parte de su infancia a leer, cuantas historias conozco de las que ya no logro recordar los nombres, se entremezclan, se difuminan junto a mis recuerdos, me intrigan todos los libros que abandoné a la mitad, o al comienzo, o solo unas hojas antes del final. Me persiguen las incontables promesas que hice alguna vez y que seguiré haciendo, sobre leer esto o aquello, promesas por regla general incumplidas. Los recuerdos de historias que me fueron leídas, las pocas personas que lo hicieron y lo importantes que serán siempre, en eso pensaba.

Contigo

Me miras de reojo, y sonríes
tus ojos me someten,
si esto es una batalla podría
quizás.
Te alistas,
me paralizo
me tocas y me abrazas
me derrotas

de nuevo

Escribe

Uno de los poetas malditos, dijo que lo que lo hacía escribir, era como un sol dentro de él, un sol que lo hacía vomitar todo lo que quería decir en una hoja. Para mi es un monstruo, algo que me devora, que me deja un vacío adentro igual que lo hace el hambre en un día de ayuno involuntario, un vacío enorme que jamás se sacia, que duele, oprime y obliga, un vacío al que sucumbir, es inevitable.

Pensaba

Belleza descarnada, en eso pensaba.

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Desde mi abismo cardíaco, grito tu nombre como un desaforado animal herido y acorralado.

Cambios

Nunca me reconozco en palabras. Quizás por eso dejo de escribir, quizás sea porque mientras no lo hago, las mismas ideas se siguen agolpando en mi cabeza, y mientras no las dejo ir, me persiguen, me acosan, pero al mismo tiempo me dejan ser. Apenas se van, dejo de ser el que era, y empiezo a ser un otro, como sucederá apenas termine este párrafo.

Saludos, un abrazo, de un nuevo desconocido.

Crear

Últimamente no dejo de pensar sobre el acto de crear, o construir o diseñar, algo, especialmente a través de la escritura, pero creo que la única razón por la que lo hago es porque no estoy haciendo nada, porque no logro ponerme a escribir, porque no he querido llevar a cabo las ideas que tengo, les temo, temo ser incapaz de llevarlas a buen puerto, son tantas las cosas inconclusas, que me veo abrumado en todo momento. He dejado demasiadas cosas a medias o incluso antes de comenzar, que se podría pensar que topé fondo, y que inevitablemente tendré que terminar algo, pero simplemente no sucede. Esperar es absolutamente inútil. Lo sé.

Chet baker vuelve la trompeta un instrumento sutil, etéreo, magnífico, de fuerza descomunal a un mero murmullo. Nunca desaparece, siempre está ahí respirando, respira una vez, y otra, tiene asma esa trompeta, apenas respira, es un dolor brutal y frío el que la consume. El por su parte, la sostiene como se sujeta una hoja caída hace días, no se atreve a cerrar sus ojos por miedo a no volver a verla entera, la acaricia, intenta insuflarle vida, darle otro instante, es solo un truco, ella se retuerce, e implora que la deje ir. Él ahogado en lagrimas, en un llanto demasiado ensordecedor como para hacer ruido alguno, la deja con cuidado en su estuche, mientras la ve así tan herida, empieza a cantar, la arrulla, le inventa mil historias, narra mil pasiones, desamores y encuentros, ella se deja enamorar, y olvida, olvida torpemente, olvida como una buena hipocrita, olvida su concepción metálica, sus límites forjados, y canta con él, para terminar besándolo como cada noche.

A momentos no puedo escribrir, me da miedo, todo se me confunde, las palabras se abrazan entre ellas, se hacen una, se vuelven tu rostro, o mi derrota. Hoy tengo miedo denuevo, es un miedo a que se vaya eso que hace que los pensamientos sigan y sigan sin parar, lo admito, me aterra quedarme sin nada que decir, o sin saber como decirlo. Para variar necesito perdonarme y seguir. 

¿Por qué?

He leído y escuchado muchas justificaciones del porque de las ansias de escribir de cada uno. Al final terminé preguntándome porque escribo, bueno la verdad es que simplemente me vienen ideas y las plasmo en lo que sea que tenga a la mano, el ipod, un cuaderno, el celular. Pero si me justifico de una forma en particular, lo que busco, es crear mundos, mas bien compartirlos, en el caso de este blog, son en realidad imágenes porque son cosas cortas, de momentos y pensamientos. Mi anhelo es traspasarlos lo mas fielmente posible a palabras supongo que con el fin, de provocar en otros, lo que tantas ideas ajenas me han dado. 

Esa vez

Recuerdo esa vez, como jugábamos entre el cemento, como nos perseguíamos. Tu mirada por siempre perdida, y así de la nada me hablabas sobre como intentaste acabarlo todo, pero no pudiste lograrlo.
Era triste como tu voz estaba acostumbrada a contar esa historia una y otra vez, tu cara de seriedad y pena, que no era mas que expectante curiosidad, no dejabas de mirarme, buscando algo.

Recuerdo el agua cerca, y esa soledad agradable, que siempre nos seguía donde fuéramos  tu sonrisa siempre agazapada, detrás de tus penas, lista para ir a buscarme.

Recuerdo que saltabas, me tomabas del brazo y empezabas a tararear tonadas. Como jugabas con tus labios antes de contarme algo.

Estás tan cerca como puede estarlo, alguien que no quiere acercarse a nadie. Tan feliz como alguien que siente horror al aburrimiento.

Las cosas como son

No puedo soltarte, no hoy, quizás ayer, pero hoy... ya no

Olores

Me miras, pero ya no puedo escucharte
    gritas y sigo sin verte
         te acercas y me abrazas
             huele a eucaliptos
               a río con sauces
Veo garzas blancas sostenidas del aire que respiras
     escucho a tus pies que corren
         pero no consigo ver a donde.

Letanía

Estoy cansado de las promesas etéreas,
que nacen de tus miedos
Estoy cansado de tus miedos,
que nacen del frío aciago que transpiras
Y el frío... el frío me agota y me termina.

Libros

Cada vez que leo, encuentro respuestas a preguntas que nadie me ha hecho.

Silencio

Cuando otros callan, se desvanecen,
Cuando tu lo haces, es un estruendo

Ahí

Donde el vio hojas, yo vi otoño,
cuando estabas cansado del frío y
agobiado por el agua sobre tu cabeza,
entonces, entendí que eramos diferentes.

A veces

A veces me gusta estar solo
me gusta caminar en silencio, avanzar sin querer.
A veces no me gustan mis amigos, ni la gente que me quiere
no quiero que me sigan que me pregunten porque paro
que estoy mirando, que fue lo que vi...
ayer caminaba solo
vi en el suelo una hoja, extrañamente asimétrica, las hojas suelen ser bastante precisas, esa no, no podía dejar de mirarla, si fuera un dibujo todos dirían que está mal.
Mientras la miro, una pareja detrás mío avanza apurados por estar solos, me miran extrañados, ven el suelo, no ven nada mas que hojas, murmuran algo y siguen.

A veces salgo solo, y camino en lugares con libros, desde siempre me siento cómodo ahí, recorro los pasajes, y las librerías  tomo libros y los abro al azar, mis libros favoritos son esos, frases perfectas aún sin saber donde van ni de que hablan, si puedo lo compro.

A veces camino solo, voy feliz, camino rápido o lento, con o sin música, me compro empanada donde quiero, entro y sonrío sinceramente a la señora mientras me da una de pino con ají, ella sonríe sinceramente pruebo la empanada  y le digo "está increíble" vuelve a sonreír  y sigue así contenta al menos un minuto mas, mientras me voy, camino por providencia esta vez, voy rápido al ritmo de las penas de los 90', al frente viene una mujer delgada, 22 años, de estatura media, tez clara, pelo negro, ojos café, cintura marcada, solo un vestido delgado, y un paño de tiras en el cuello, la gente la mira mientras avanza despacio. La miro directo a los ojos y le sonrío, sigo caminando hasta unos precisos 5 metros y me doy vuelta, ahí esta ella sonriendo mirando hacia atrás, coquetea, seguimos caminando, vuelvo a mirar y se lo que veré, ella se aleja tranquila, me detengo, y lo pienso, podría. Pero hoy no, hoy quiero estar solo. Sigo, camino entre tiendas de videojuegos, y vinilos, y ya no quiero estar mas solo.