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lunes, 27 de septiembre de 2010

Hogar

No importa que tan grande sea este departamento,
quiero correr y correr descalzo como en mi casa, por el pasillo, salir al patio por mi pieza, sentir la chépica bajo mis pies, seguir corriendo hasta los columpios, dar la vuelta al aromo con la Kala persiguiéndome fuera de quicio. Dejarme caer como tantas otras veces, cara al cielo perfectamente azul, mientras la Kala se entretiene langüeteandome los dedos, cierro los ojos y me entretengo viendo al sol a través de mis párpados naranjos, etéreos por la luz... así por minutos, horas