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martes, 28 de septiembre de 2010

Familia

Los mismos de siempre, mismas risas, bromas, historias nuevas, regalos nuevos, algunos mas grandes otros mas viejos.
Pero entre todos, una nueva, una maraña de abrazos y sonrisas hecha persona, hace 40 años cuidó a mi mamá y ahora luego de cruzar el océano desde tierras santas, se aparece con abrazos para todos, abrazos perfectos, abrazos eternos.
Nos habla sobre su propia madre, sobre como ella ya no puede recordarla, como a momentos parece volver, y con ojos de sorpresa y apuro la vuelve mirar como solo una madre puede hacerlo, para luego volver a diluirse entre gemidos mudos. Gemidos y miradas lo único que queda de 97 años de amores, amigos, hijos, aventuras, dolor, viajes, música, de viento en la cara, de sol en la piel, de piedras en los zapatos, de polvo en los pulmones, de vida.
Silencio. Nos mira con orgullo a todos, como solo una madre puede, luego, se va igual que como llegó entre risas y abrazos, se marcha con rostro de triunfo
se marcha para siempre
se que no la volveré a ver, muchos mares allá estará, me pregunto si nos olvidarás.
ya la extraño